Disfunción eréctil
La disfunción eréctil (mal llamada impotencia) es uno de los problemas que más aqueja al universo masculino.
La autoestima y la masculinidad del varón en casi todas las culturas, se basa en la erección y la potencia sexual. Por ello, la amenaza de lo contrario está latente en el hombre desde que “ve” que su pene se erecta. Aquello que se tiene (o se tuvo), se puede perder.
Las dificultades en la erección son multicausales, esto quiere decir que No hay una sola causa, sino muchas combinadas entre sí. De todas maneras es importante y fundamental conocer el estado actual del paciente (antecedentes orgánicos/enfermedades que presenta), medicación que consume, etc. para descartar o no las alteraciones que pueden influir en la erección.
La ansiedad, el temor al fracaso, la culpa, la presión, las exigencias de rendimiento, la dificultad para entregarse a las sensaciones placenteras, exceso de preocupación, problemas vinculares (o de pareja), estrés, la autoobservación, etc. son algunas de las causas que pueden generar la pérdida de la erección (con su consecuente sentimiento de humillación / depresión / angustia/ frustración, etc) hasta incluso, perder el deseo sexual y/o evitar cualquier tipo de contacto.
Por lo tanto, es importante entender que la erección es vulnerable y va modificándose con el paso del tiempo y las distintas situaciones de la vida. Uno no es siempre igual y depende de muchos factores que influyen en la respuesta sexual.
Conocerse, entenderse y aceptarse es algo fundamental que el varón debe hacer en una terapia sexual, para así lograr una actividad sexual adecuada y placentera.