Algunas personas sienten deseos sexuales todos los días, otras tres veces por semana, otras los sábados o días festivos y las menos, cada cuatro años o a cada rato…

Cada persona tiene su frecuencia sexual. Lo que para algunos puede ser mucho, para otros es poco. Lo ideal es que compatibilice con su compañero, ya que de ésta manera podríamos evitar conflictos. Por ejemplo, si una mujer tiene deseos de tener sexo una vez por semana y su novio todos los días, inevitablemente alguno de los dos, a priori, no saldrá beneficiado, ya que tendrá que ceder frente al deseo del otro y resignar el propio. En el caso de que la pareja , con el tiempo, no llegue a acuerdos o comience a generar malestar, se recomienda un tratamiento con un profesional sexólogo, con el fin de conciliar un punto medio de satisfacción.

Ahora bien, hay mujeres (antiguamente llamadas ninfómanas) que sienten deseos sexuales muchas veces en el día, ya que se encuentra exacerbada su frecuencia normal. Pueden concretar el acto sexual o bien masturbarse frente a esa excitación provocada por el deseo teniendo orgasmos, pero aún así no se encuentran satisfechas (ni física ni emocionalmente). De hecho sienten bastante malestar y repercute negativamente en todos los ámbitos de su vida, especialmente con su pareja, ya que su adicción se vuelve incontrolable y pasa a ocupar el puesto número uno en la lista de prioridades. Lo mismo ocurre en el varón y de hecho con mucha más frecuencia (desde el punto de vista estadístico), se lo conoce también con el nombre de satiriasis. De ahí viene el famoso dicho popular “fulano es un sátiro” (porque se lo puede ver a fulano persiguiendo mujeres desesperadamente por la calle, con el objetivo de lograr sexo a cualquier precio)

Actualmente esta descripción es considerada un trastorno sexual llamado hipersexualidad y sucede tanto a mujeres como a varones. Desde el punto de vista biológico, hay un aumento excesivo de la dopamina (conocida como la hormona de la euforia y del amor). También en los personas bipolares, aparece una hipersexualidad marcada, en el período maníaco. Con una baja importante en el periodo depresivo mezclada con sentimientos de culpa e impotencia.

Muchos lectores pueden sentirse identificados con este artículo. OJO, hay que tener en cuenta que en la etapa de enamoramiento, suele haber mucho sexo, a cualquier hora y en cualquier lugar. Los enamorados remiten un aumento sexual y en ocasiones descontrolado. Es común que decaiga el rendimiento laboral y demás rubros. Se genera un pico de dopamina en el cerebro (de ahí viene la frase “estás como dopado”). Esto es normal y esperable.

Si te pasó o te está pasando, no te asustes ni lo relaciones con lo que acabás de leer. No tiene nada que ver con la hipersexualidad.

De hecho la mala noticia, es que esta fase dura poco y la verdadera frecuencia sexual aparece con el tiempo, como la verdadera personalidad del partner.