Las personas pueden cambiar

Las personas pueden cambiar

Muchas parejas consultan pidiendo que les digamos el tiempo exacto de la duración del tratamiento o que le brindemos soluciones rápidas o mágicas a sus problemas de pareja, ya sean conflictos sexuales o de otra índole. Pareciera que una vez que decidieron dejar de preocuparse y comenzar a ocuparse del conflicto que los aqueja, el tiempo de espera para obtener la solución tiene que ser inmediata y no construida. Este tipo de soluciones rápidas son propias de nuestro modo histórico social de consumismo y del todo ya, de que todo es desechable, intercambiable y/o descartable.

En la terapia de pareja, como así también en la terapia sexual no existen manuales de instrucciones a seguir: ¡Qué útil y más fácil resultaría! ¿no?.

Lo que produce las generalizaciones es anular lo singular, lo individual, lo subjetivo de cada persona. Cada uno tiene su propia historia de vida, distinta a la de la otra persona, con modalidades familiares diferentes. Pensemos en los hermanos que comparten las mismas costumbres familiares, modalidades de crianza, los mismos valores, etc, pero no encontramos 2 hijos idénticos que se comporten y piensen en todo de la misma forma. No hay una persona igual a la otra, y tampoco una pareja igual a la otra.

Todos, y esto es lo único que podemos generalizar somos diferentes y lo vamos a ser en cada vínculo que formemos, ya que los vínculos son transformadores y creadores.

En cada vínculo que uno establece, surge algo distinto.
Piensen en las relaciones que construyeron a lo largo de su vida: ¿Son o fueron de la misma manera con todas las personas con las que se relacionaron, ya sean amigos, familiares, amantes o parejas?. ¿Cada persona les despertó algo distinto?.

Cada uno de nosotros se reactiva, se reactualiza, y se re-crea en cada vínculo que construye y en el transcurso de los vínculos también sucede lo mismo.

Poseemos capacidad para adaptarnos a las relaciones nuevas y también para ir acomodándonos a las modificaciones que vayan suscitándose en la relación a través del paso del tiempo.
Pero el tema es aún más complejo, ya que al mismo tiempo hay creencias, conductas, modalidades de relacionarnos y formas de ser con el otro que se repiten en cada vínculo que establecemos, quizás a veces sin darnos cuenta.

Feromonas

Feromonas

Dicen que Napoleón sentía una fuerte atracción por Josefina. Pasaban meses sin verse, mientras él se encontraba en campañas o expediciones, pero nunca dejaba de escribirle cartas que le hacía llegar a través de mensajeros, una muy famosa termina así: “Llegaré a París en una semana, no te laves desde hoy”.

Olemos a los demás y para los demás.

La mayoría de las personas registramos olores u aromas que pueden modificarnos en el momento, nos traen recuerdos, nos atrae, nos descompone, etc. y finalmente nos gusta o no nos gusta. Pero debajo de esos olores concretos, existen sustancias químicas – FEROMONAS – que no tienen olor específico, pero que son percibidas por nuestro olfato y cerebro, modificando nuestro estado permanentemente, impactando en el territorio sexual. A través de los distintos olores u aromas naturales del cuerpo podemos sentirnos atraídos sexualmente o todo lo contrario. Esta atracción es necesaria (desde una explicación más biológica) para la reproducción y conservación de la especie. Las feromonas distintas se atraen. Las parecidos pueden recordar a familiares (padre u hermano) y por lo tanto son rechazadas, ya que no habría compatibilidad genética y la especie se alteraría.

Hoy en día y en nuestra sociedad todo es confuso para nuestros cuerpos y sentidos. Los perfumes, desodorantes y demás fragancias que a priori nos encantan, sólo enmascaran la realidad. Por lo tanto, afilen sus narices y tengan cuidado con lo que andan olfateando por ahí, ya que nada es lo que parece.

Falta de deseo

Falta de deseo

La falta de deseo es la queja más frecuente en las mujeres. Y después de la eyaculación precoz y la disfunción eréctil, los varones consultan sobre la falta de deseo sexual que avanza en ellos o que perciben en sus mujeres.
Según diversos estudios, en los últimos 10 años habría un 63% de mujeres que padecerían falta de deseo. En los varones el porcentaje es menor, pero no menos infrecuente.

¿Qué es el deseo sexual? Es la capacidad de generar pensamientos sexuales, fantasías o conciencia de necesidad sexual. El deseo es lo que motiva a un individuo a iniciar o ser receptivo a un estímulo sexual.
El deseo sexual puede ser provocado por estímulos internos (factores biológicos o pensamientos) y estímulos externos (por ejemplo, la visión de una pareja teniendo sexo).

¿Cuándo podría considerarse que hay una disfunción en el deseo sexual? En la ausencia o pobreza de fantasías sexuales e inhibición del impulso hacia la concreción de la actividad sexual. No se debe confundir con falta de interés hacia una persona específica o falta de deseo en una situación erótica inadecuada.

USTED DEBE SABER QUE:
La anorgasmia, la dispareunia (dolor en la penetración), la disfunción eréctil y la eyaculación precoz, provocan paulatinamente ansiedad y angustia. Por lo tanto, es muy común que la falta de deseo aparezca (y sea motivo de consulta) ocupando un rol defensivo. De esta manera “no teniendo ganas” se evita la situación temida.

A continuación detallaremos algunas afirmaciones aplicables a la baja de deseo sexual. Lea con atención y piense si se siente identificado con una o más de ellas.
No pienso en el sexo muy a menudo
El sexo no me resulta muy satisfactorio
Invento excusas para evitar tener relaciones sexuales
Nunca me masturbo
A veces, durante la noche, finjo dormir para evitar que mi pareja intente tener sexo.
Si estas frases le resultan conocidas y leyó todo el artículo, usted mismo sacará sus propias conclusiones.

Eyaculación precoz

Eyaculación precoz

Los pacientes con eyaculación precoz creen que la causa de su disfunción es una excesiva sensibilidad. Es frecuente escuchar entonces distintas técnicas para “disminuir o evadir las sensaciones placenteras”, como por ejemplo: el uso de cremas o geles anestésicos sobre el pene, duchas frías, medicación para reducir la ansiedad, ejercicios mentales centrados en imágnes desagradables y masturbación antes del acto sexual (este último, muy frecuente).

Probablemente ninguno de estos métodos hayan funcionado, de hecho son contrarios a lo que se quiere lograr, que es justamente que la persona logre controlar periodos prolongados de excitación placentera, percibiendo y disfrutando las sensaciones previas, antes que irrumpa el reflejo inevitable de la eyaculación.

La mayoría de los adolescentes mantienen epidosios de eyaculación precoz durante sus primeras relaciones sexuales, esto es normal y común, ya que está asociado a la masturbación rápida como antecedente. Se espera que el varón naturalmente logre modificar sus conductas en el transcurso del tiempo, incorporando experiencias y con un adecuado conocimiento sexual. Si esto no ocurre, aparece la disfunción.

Por lo tanto, la eyaculación precoz es la dificultad o ausencia del control voluntario del reflejo de la eyaculación, provocando la aparición del orgasmo con mínima estimulación sexual previa, antes o en el momento de la penetración y sin que la persona lo desee. Interfiere de manera absoluta en el bienestar emocional y sexual de la persona.

Reacciones ante la eyaculación precoz:
Sentimientos de incompetencia sexual, ya que puede generar anorgasmia o privación de placer a su pareja (por la falta de tiempo)
Fuerte disminución de la autoestima
Crisis en la pareja
Anticipación al fracaso (pudiendo provocar disfunción eréctil en el futuro)
Creencias disfuncionales (sobre causales y modos de curación)
Frustración
Angustia
Limitación o privación de encuentros sexuales (que traerá como consecuencia un retraimiento en la vida social)
Tratamiento: Terapia sexual + medicación (este último sólo es algunos casos)

Etapas del Amor

Etapas del Amor

Todo vínculo de pareja transita por varias etapas a lo largo de su construcción, a veces no suceden de manera tan discriminada y pueden aparecer de forma simultánea, pero las vamos a separar en 3 etapas para poder definirlas:

1- La etapa del enamoramiento
2- La etapa del des-enamoramiento
3- La etapa del amor
En la etapa del enamoramiento aparece idealizado lo bueno del otro, y se niega lo malo. El otro es lo que yo deseo que sea y es como yo lo quiero crear e imaginar. Este proceso es fundamental para que se cree un vínculo, ya que imagínense que si en los primeros encuentros solo viésemos lo negativo del otro, no nos enamoraríamos nunca.

Según S. Freud el enamoramiento es un desborde de la libido yoica sobre el objeto. Uno viviría casi exclusivamente para el otro en estos momentos. Podríamos decir que uno está hipnotizado por el otro. El otro es todo lo que uno no es, lo que le gustaría ser, etc.

Andy Warhol decía que la gente debe enamorarse con los ojos cerrados y proponía muy acertadamente que solo había que cerrar los ojos, no ver y todo será mágico.

Luego, nos topamos con la etapa del des-enamoramiento, que lo podríamos ubicar aproximadamente luego del primer año de relación y algunas veces puede coincidir con el momento de inicio de una convivencia. Aquí sucede que de a poco vamos abriendo los ojos y el otro empieza a convertirse en alguien real. Cae su reinado, y comenzamos a verlo tal cual es. Aquí aparecen los mayores inconvenientes, porque comienzan a aparecer las formas, los comportamientos y las cosas que no nos gustan de la otra persona. Aparece el partenaire con sus virtudes pero también con lo que no nos gusta de él o ella, siendo incompatible con lo que nos habíamos imaginado. Es la etapa en la cual el príncipe azul empieza a desteñirse, como así también la princesa empieza a salir a medianoche, ya convertida en calabaza.
Luego del pasaje de estas etapas es cuando podemos comenzar a hablar del amor.

En definitiva, ¿Qué es el amor?… Aceptar al otro tal cual es, tolerando las diferencias y vivir feliz a pesar de eso, sin estar constantemente criticando al otro por no ser y hacer como nosotros mismos lo haríamos.