Actualmente se las denomina PARAFILIAS (etimológicamente esta palabra proveniente del griego significa: “amor paralelo al convencional”). La persona que padece una parafilia necesita de un estímulo o fantasía particular y específica para excitarse o llegar al orgasmo. Muchos pueden estar casados y llevar una vida “normal” sin que nadie de su entorno sepa de su problemática, generalmente contratan prostitutas para llevar a cabo sus fantasías. No consultan por este tema. Aunque sí les preocupa su obsesión. Pueden llegar a tener, en algunos casos, problemas con la ley.
Diferentes variantes de excitación y su consecuente orgasmo:
Fetichismo (el clásico: con los zapatos rojos taco aguja)
Sadismo (castigando a su coequiper , por lo gral. es con consentimiento del castigado)
Masoquismo (dejándose castigar por el otro, fingiendo ser esclavo, etc.) – Asfixiofilia (impidiendo la respiración propia o la del compañero para mejorar el orgasmo. Es una práctica peligrosa que puede causar la muerte)
Exhibicionismo (exponer genitales o mantener relaciones sexuales frente a la mirada de otros)
Voyeurismo (ver a otros manteniendo relaciones sexuales o sus genitales)
Zoofilia o bestialismo (someter a un animal a ser penetrado o dejándose penetrar o chupar por el animal)
Froteurismo (frotando sus genitales con otros – con/sin consentimiento)
Paidofilia (con niños –Aunque para el niño “parezca un juego”, se considera sin consentimiento e ilegal, por no tener edad suficiente para entender el acto)
Crotomofilia – Devotee / Wannabe (excitación con las personas discapacitadas o con alguna amputación), que no es lo mismo que tener un novia/novio con alguna discapacidad.
Etc.
Como vemos hay muchas parafilias, de distinto tipo y grado. Algunas son más graves que otras (desde lo socialmente aceptado) aunque el padecimiento psíquico es el mismo.
Sigmund Freud dijo que todos tenemos rasgos perversos. Esto quiere decir que tenemos PREFERENCIAS o gustos SEXUALES. Ahora bien, la diferencia radica en que los parafílicos necesitan sí o sí de ese objeto particular (aunque sea en su mente), interfiriendo en su calidad de vida produciendo disfunciones sexuales, problemas con la ley, con la sociedad, en su entorno familiar, etc., mientras que en el resto de los mortales suele ser circunstancial y no determinante del placer sexual
Las personas y las parejas no pueden ser pensadas ajenas a la cultura y al momento histórico que transitan.
Actualmente los divorcios, los medios de concepción de manera asistida, y el matrimonio igualitario han puesto en ley algo que ya estaba inmerso en la cultura. Se han legalizado los nuevos modelos familiares, en contraposición con el modelo de familia tradicional.
Actualmente, ya no encontramos un modelo único de familia patriarcal, en donde la estructura rígida y el pensamiento binario son la primacía. Se conoce que varios matrimonios eran arreglados por las familias formando un legado y los integrantes de la pareja conyugal no se elegían, sino que acataban lo reglado.
En cambio, las palabras que definen a las familias en la actualidad se relacionan con los conceptos de diversidad, pluralidad, libertad de elección, pensamiento múltiple, flexibilidad y dinamismo. Estamos atravesados por una metamorfosis social, científica, cultural y familiar que conlleva a constituir nuevos modelos: familias homo-parentales, familias integradas por madres solteras, las pluri-parentalidades, las familias ensambladas que aún conviven con el modelo tradicional existente, y otros modelos de familias que aún no tienen nombre pero no por eso confluyen con las demás.
Las configuraciones parentales han cambiado y los avances científicos en torno a las nuevas técnicas reproductivas han logrado que la reproducción biológica pueda separarse del acto sexual para concretar los deseos de ser madre o padre, como así también el nacimiento de un niño dejó de ser solamente el efecto de un deseo como sucedía en las parejas heterosexuales tradicionales.
En la era del 2×1, del supermiércoles mujer, del groupon y demás descuentos que nos agobian día a día, los orgasmos múltiples parecen estar en la misma línea. Dos orgasmos, como mínimo, por cada acto sexual (sola o acompañada) están de moda. Es un ofertón imposible de resistir, pero… ¿Queremos? ¿Cómo se accede a tan glorioso combo?
Todas las mujeres somos (potencialmente) multiorgásmicas, esto quiere decir que fisiológicamente estamos preparadas de acuerdo a nuestra respuesta sexual, a tener más de un orgasmo en el mismo acto (a diferencia de los hombres, que están presos del período refractario).
Si una mujer quiere tener orgasmos múltiples, ya sabe que puede. Ahora lo que importa es saber cómo lograrlo. Para eso es fundamental entender cómo funciona el cuerpo de una mujer.
Antes del acto sexual deberán aparecer las siguientes fases en este orden: DESEO (pensamientos, fantasías, ganas, es lo que me impulsa a tener sexo), luego llega la EXCITACIÓN a través de la estimulación permanente directa e indirecta del clítoris (digamos que el territorio se va preparando y la mujer se lubrica, que es algo parecido a la erección en el hombre), después llega el ansiado ORGASMO (que es un reflejo muy placentero que da la sensación de descarga por las contracciones rítmicas) y por último la RESOLUCIÓN (que vendría a ser el momento en donde uno podría prenderse un cigarrillo…, es la relajación, donde todo vuelve a su lugar natural). La idea es NO llegar a esta última fase de Resolución (o relajación), sino retroceder (luego del orgasmo) a la fase de excitación, con deseo y estímulos correspondientes (esto último es fundamental) y así, probablemente se llegue a un segundo orgasmo, a un tercero, etc… Parece fácil, pero no lo es tanto, se debe practicar bastante y se recomienda hacerlo en principio sola (autoestimulación), para conocer mejor el cuerpo y los tiempos.
PERO, luego saberse capaz…¿Es importante y necesario tener más de un orgasmo?, la respuesta es NO. Sucede que muchas mujeres quieren experimentarlo, claro, casi siempre inducidas por los cuentos de las amigas (que son todas multiorgásmicas, OBVIO) y sentencian que es IN – CRE – I – BLE y de esta forma empezamos a circular en el laberinto de los mitos y las frustraciones que tanto nos inmovilizan.
Por eso siempre hay que recordar que cada mujer tiene su gusto y deseo particular, hay quienes siempre pretenden más de un orgasmo (quizás quieran hacer un acopio para las épocas de malaria) y, ¡está muy bien!, y hay otras que con uno alcanza y sobra y también está perfecto.
Lo importante, mujeres, es respetar ese deseo y conocer los alcances de nuestra sexualidad.
Este mito nos ha perseguido durante mucho tiempo, y aún, hay quienes todavía siguen creyendo en él. La sexualidad atraviesa toda la vida de la mujer, NO termina con la menopausia, sino que se RENUEVA. La menopausia, es una etapa del desarrollo como tantas otras en la vida de una mujer. Menopausia significa “pausa en la menstruación” e indica el final de la fase reproductiva de la mujer. ¿Cuáles son los síntomas?
-Atrasos o adelantos de la menstruación -Diferencias en su caudal y duración, acompañado por molestias -Los famosos “calores, o sofocos” -Irritabilidad -Insomnio -Depresión y ansiedad hasta llegar a la ausencia total de la menstruación.
Se puede presentar alguna dificultad sexual por la disminución del nivel estrogénico, lo que puede causar sequedad vaginal (dificultando el coito). En algunas mujeres se manifiesta una disminución del deseo sexual, por la misma causa. No obstante… La creencia de que el amor y la sexualidad son patrimonio exclusivo de la juventud, afortunadamente ya está quedando atrás. Los estudios realizados en Sexología demuestran que no existe un cese de la sexualidad en el climaterio o menopausia, especialmente en el caso de la mujer. Muy por el contrario, es en esta etapa donde las ventajas son para ella, ya que el hombre puede ver declinar su potencia erectiva por el proceso de envejecimiento que no afecta la capacidad de goce de la mujer, sino todo lo contrario. Algunas mujeres menopáusicas manifiestan sentir mayor placer o ver incrementada su líbido a niveles superiores que antes de la misma. En estos casos, suele ocurrir que habiendo desaparecido el miedo a un embarazo, las relaciones sexuales son vividas con mayor libertad. Otro factor que incide en este fenómeno es que a medida que transcurre el tiempo, muchas mujeres manifiestan sentirse más dueñas de su goce porque van perdiendo los prejuicios con los que han sido educadas. La partida de los hijos en otros casos tiene un efecto afrodisíaco, ya que los lazos de la pareja se consolidan al sentirse más dueños de su tiempo y del espacio físico. En estas situaciones, es habitual que se incrementen los reencuentros en mayor cantidad de salidas o viajes de placer. ¿Por qué algunas mujeres no tienen la capacidad de atravesar esta etapa de manera positiva? Todas las mujeres que han tenido conflictos con la sexualidad en etapas anteriores, o con sus vínculos psico-afectivos, serán las que presenten todos o algunos de los síntomas mencionados . En estos casos, se aconseja el apoyo de los profesionales capaces de reestablecer un equilibrio saludable. En cambio aquellas mujeres, que han vivido sin conflictos su sexualidad, con naturalidad , que se sienten plenas, sin traumas ni perturbaciones, atraviesan esta etapa del desarrollo con una capacidad de adaptación que les va a permitir seguir disfrutando de la misma, e incluso enriquecerla.
Muchas parejas consultan pidiendo que les digamos el tiempo exacto de la duración del tratamiento o que le brindemos soluciones rápidas o mágicas a sus problemas de pareja, ya sean conflictos sexuales o de otra índole. Pareciera que una vez que decidieron dejar de preocuparse y comenzar a ocuparse del conflicto que los aqueja, el tiempo de espera para obtener la solución tiene que ser inmediata y no construida. Este tipo de soluciones rápidas son propias de nuestro modo histórico social de consumismo y del todo ya, de que todo es desechable, intercambiable y/o descartable.
En la terapia de pareja, como así también en la terapia sexual no existen manuales de instrucciones a seguir: ¡Qué útil y más fácil resultaría! ¿no?.
Lo que produce las generalizaciones es anular lo singular, lo individual, lo subjetivo de cada persona. Cada uno tiene su propia historia de vida, distinta a la de la otra persona, con modalidades familiares diferentes. Pensemos en los hermanos que comparten las mismas costumbres familiares, modalidades de crianza, los mismos valores, etc, pero no encontramos 2 hijos idénticos que se comporten y piensen en todo de la misma forma. No hay una persona igual a la otra, y tampoco una pareja igual a la otra.
Todos, y esto es lo único que podemos generalizar somos diferentes y lo vamos a ser en cada vínculo que formemos, ya que los vínculos son transformadores y creadores.
En cada vínculo que uno establece, surge algo distinto.
Piensen en las relaciones que construyeron a lo largo de su vida: ¿Son o fueron de la misma manera con todas las personas con las que se relacionaron, ya sean amigos, familiares, amantes o parejas?. ¿Cada persona les despertó algo distinto?.
Cada uno de nosotros se reactiva, se reactualiza, y se re-crea en cada vínculo que construye y en el transcurso de los vínculos también sucede lo mismo.
Poseemos capacidad para adaptarnos a las relaciones nuevas y también para ir acomodándonos a las modificaciones que vayan suscitándose en la relación a través del paso del tiempo.
Pero el tema es aún más complejo, ya que al mismo tiempo hay creencias, conductas, modalidades de relacionarnos y formas de ser con el otro que se repiten en cada vínculo que establecemos, quizás a veces sin darnos cuenta.
Dicen que Napoleón sentía una fuerte atracción por Josefina. Pasaban meses sin verse, mientras él se encontraba en campañas o expediciones, pero nunca dejaba de escribirle cartas que le hacía llegar a través de mensajeros, una muy famosa termina así: “Llegaré a París en una semana, no te laves desde hoy”.
Olemos a los demás y para los demás.
La mayoría de las personas registramos olores u aromas que pueden modificarnos en el momento, nos traen recuerdos, nos atrae, nos descompone, etc. y finalmente nos gusta o no nos gusta. Pero debajo de esos olores concretos, existen sustancias químicas – FEROMONAS – que no tienen olor específico, pero que son percibidas por nuestro olfato y cerebro, modificando nuestro estado permanentemente, impactando en el territorio sexual. A través de los distintos olores u aromas naturales del cuerpo podemos sentirnos atraídos sexualmente o todo lo contrario. Esta atracción es necesaria (desde una explicación más biológica) para la reproducción y conservación de la especie. Las feromonas distintas se atraen. Las parecidos pueden recordar a familiares (padre u hermano) y por lo tanto son rechazadas, ya que no habría compatibilidad genética y la especie se alteraría.
Hoy en día y en nuestra sociedad todo es confuso para nuestros cuerpos y sentidos. Los perfumes, desodorantes y demás fragancias que a priori nos encantan, sólo enmascaran la realidad. Por lo tanto, afilen sus narices y tengan cuidado con lo que andan olfateando por ahí, ya que nada es lo que parece.